
La vinculación de la población de los barrios marineros con las actividades relacionadas con el mar a lo largo del tiempo ha incluido la pesca, el comercio y la defensa de la costa. A estas se uniría, desde muy temprano, el atractivo de la cercanía del mar para el esparcimiento, el ocio y la salud de visitantes ocasionales.
Estas actividades han dejado una huella tanto en la identidad de la población como en el propio desarrollo del entorno.
En el siglo XV, València inició un crecimiento económico y comercial imparable gracias a la situación estratégica de su puerto. Se inició entonces una época dorada de prosperidad comercial. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando València dispondría de unas infraestructuras portuarias suficientes para el intenso dinamismo comercial.
Desde la mitad del siglo XIX los barrios marineros verían caer las murallas y el baluarte defensivo, lo que propició el crecimiento urbano. La llegada del ferrocarril y las mejoras en las infraestructuras del transporte terrestre y marítimo repercutió en el desarrollo económico de toda la región. Este desarrollo fue paralelo a la construcción de un puerto moderno que facilitó el intercambio comercial y cultural, y el despegue de la industrialización, en el siglo XX.
Como en cualquier ciudad y pueblo, los nombres de las calles y plazas son el relato de su historia. Esta muestra recoge algunos de estos nombres actuales de la ciudad de València y en especial de su Distrito Marítimo, y quiere ser una invitación a conocer algunos fragmentos de la identidad de los Pueblos del Mar, a pie de calle.